Martin Schwarz, miembro de la Junta Directiva de STIHL: Entrevista sobre la globalización

La empresa familiar STIHL, con sede en Waiblingen, es un actor global que desarrolla, fabrica y distribuye máquinas accionadas por motor para la silvicultura, la agricultura, el cuidado del jardín y el paisajismo. Una conversación con Martin Schwarz, director de Producción y Gestión de Materiales desde enero de 2020, acerca de la reducción de riesgos en tiempos difíciles.

Sr. Schwarz, muchos componentes de los productos STIHL son de fabricación propia. ¿Por qué?

Martin Schwarz Esto se basa en las raíces de la empresa: desarrollamos tecnología punta. Gracias a la fabricación propia, podemos adaptar los componentes centrales a nuestros requisitos sin renunciar a nada. Hace tiempo que lo hacemos así. Nuestro grupo de empresas lleva creciendo más de 50 años, empezando con la fundación de una planta de fundición a presión de magnesio en la región de Eifel en 1971. Actualmente, fabricamos nuestros componentes en siete países de todo el mundo. Pero incluso con una profundidad de producción propia de más del 50 %, compramos piezas y mantenemos unas relaciones con los proveedores claramente duraderas y basadas en la colaboración.

¿Sehanvistoosevenafectadassuscadenasdesuministroglobalesporproblemasrelacionadosconlapandemiaolaguerra?

Se han producido problemas considerables con el transporte internacional y los efectos continúan. Por ello, estamos invirtiendo tanto en nuestra red de fabricación como en nuestros proveedores para acortar las cadenas de suministro internas y externas. La guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, que condenamos en los términos más enérgicos, nos golpea por partida doble: hemos tenido que poner a salvo al personal de nuestra empresa distribuidora en Kiev y a sus familias. También hemos estado trabajando con nuestros proveedores ucranianos de mazos de cables y piezas de goma para intentar reducir el riesgo para las personas y por fallos en la entrega, por ejemplo, reactivando los refugios. Parte de la producción se ha trasladado a otros países o se ha incorporado a nuestra producción propia.

¿Qué consecuencias tiene la situación para el desarrollo de su producción?

Dependemos de una economía globalizada para las ventas, pero también para las adquisiciones. Sin embargo, tenemos que mitigar el riesgo. Reducimos los flujos internos de piezas, por ejemplo, produciendo piezas de plástico tanto en EE. UU. como en Alemania. Si esto no tiene sentido por motivos tecnológicos y de costes, como es el caso de la producción de cilindros en Brasil, intentamos compensar el riesgo acumulando existencias de reserva. La sólida posición de capital de Stihl nos ayuda a conseguirlo. Además, estamos hablando con los proveedores sobre qué piezas de la cadena intercontinental podemos incorporar a la fabricación propia o externalizar a los proveedores.

¿Cómo toma las decisiones necesarias ante la tensa situación mundial y económica?

Hasta ahora, nuestras decisiones empresariales han sido impulsadas principalmente por la calidad y los costes. Ahora se añaden cadenas de suministro resilientes y, más que nunca, la sostenibilidad. Ampliamos los criterios de decisión e incorporamos los más diversos puntos de vista de la empresa. Esto es complicado, pero nos lleva a tomar decisiones correctas, y tenemos que asumir riesgos. Básicamente, la situación actual muestra, como a través de un cristal ardiendo, la dependencia unilateral de las fuentes de suministro individuales y, por tanto, lo importante que es una estrategia de reducción de riesgos a nivel político. Nuestra dependencia del gas ruso y de los semiconductores de Taiwán o de las tierras raras de China solo se puede reducir en la Unión Europea o en combinación con los valores y mundos occidentales.